miércoles, 19 de diciembre de 2012

Análisis de una obra: Pedro y el lobo (S. Prokofiev)


Sergei Prokofiev
Nueva sección del blog, en el que analizaremos brevemente una obra. Y para inaugurar esta sección lo haremos con Pedro y el Lobo del compositor ruso Sergei Prokofiev. Hemos elegido esta obra por una petición personal, y porque además es una obra con infinitas posibilidades para llevar a la escuela con el alumnado de primaria.
Esta obra es una composición sinfónica de 1936, tras la vuelta del compositor a la URSS, y está basada en un popular cuento, con una moraleja en la que destaca la sinceridad.. Es por tanto una obra infantil, acompañada de narrador, y en el que cada instrumento o grupo de ellos, se asocia a un personaje. Así, Pedro es el grupo de cuerdas (violín, viola, violonchelo y contrabajo), el Abuelo es el fagot, el Pájaro la flauta travesera, el Pato el oboe, el Gato el clarinete en su registro grave, el Lobo son tres trompas, y los Cazadores son los timbales y el bombo.
Pero antes de entrar en más detalles de la obra, trataremos algo al compositor. Sergei Prokofiev nació en un pueblo de la actual Ucrania en el año 1891 y compuso su primera sinfonía a los 9 años. Fue alumno del compositor Rimsky-Korsakov, aunque pronto abandonaría el Conservatorio. Tras viajar a Londres, se marchó a Estados Unidos con los años de la Revolución Rusa. Años más tarde se instalaría en París, donde triunfaría aunque también surgieron detractores. Autor de composiciones atrevidas como Suite Escita, o de obras mucho más clasicistas, como su primera sinfonía, llamada Clásica. Tras un regreso triunfante como concertista a Rusia, se planteó volver de su exilio voluntario, con el cual acabó definitivamente en 1933, siendo además tomado como un auténtico éxito de las autoridades comunistas. Entró en contacto con el cine haciendo varias Bandas Sonoras, entre las que destaca la enorme Alexander Nevsky, una cantata de las más maravillosas del siglo pasado. Fue en esta época cuando escribió el ballet Romeo y Julieta, y el cuento musical Pedro y el Lobo. Tras la Segunda Guerra Mundial, llegarían los problemas con su país, donde le prohibieron varias de sus obras con la dictadura estalinista, tachándolo de antidemocrático o burgués. Murió un día después de Stalin, en 1953, hecho que fue ocultado por la prensa unos días para evitar la coincidencia.
Y ahora hablaremos de la obra en cuestión. En 1936, Natalia Saz, responsable del Teatro de Moscú y directora de la orquesta sinfónica propuso a Prokofiev una obra en la que los niños y niñas se familiarizaran con los sonidos de la orquesta con temas fáciles de reconocer. La idea le gustó al compositor aunque no el texto que le dieron en un principio, por lo que él mismo se comprometió a realizar el texto.En una semana tenía la composición hecha al piano, y en otra semana más escribió la orquestación. El 2 de mayo de 1936 se estrenó la obra, dirigida por el propio compositor, y narrado por Natalia Saz. La obra tuvo pronto gran aceptación en todo el mundo occidental por su carácter didáctico, el cual atrae a pequeños y adultos.

La historia trata de un pequeño pueblo ruso, que vive atemorizado por un lobo. En dicho pueblo vive el joven Pedro con su abuelo, leñador. Una mañana Pedro sale acompañado de un pajarillo, encontrándose con un pato en un estanque. Tras un diálogo entre las dos aves, sale un gato perezoso pendiente de cazar al pájaro. Sale también el abuelo diciéndole a Pedro que estar fuera no es seguro, ya que hay un lobo peligroso. El joven dice que no tiene miedo, pero el abuelo lo mete en casa. Enfadado, Pedro ve desde la ventana acercarse al lobo. El gato se intenta encaramar al tejado, y Pedro intenta avisar al pato para que se ponga a salvo, pero el pato, lento y torpe es cazado y comido por el lobo. Pedro sale de la casa, y con una cuerda llega a un árbol. El pájaro cae en el hocico del lobo, pero no se lo come. En ese momento, Pedro con la cuerda da caza desde el árbol al lobo. Llegan los cazadores y ven como el niño ha cazado al lobo, y lo llevan al pueblo para festejarlo, donde descubren además que el pato no muere, ya que no fue mordido finalmente.
Tanto la historia como el hecho de estar tan bien identificados los instrumentos con los personajes, hace que sea una obra que tiene grandes posibilidades didácticas para el aula, en cualquier ciclo de primaria, ayudados por ejemplo de musicogramas.
A continuación os dejo con la obra, interpretada por la Orquesta Sinfónica de RTVE y narrada por Rafael Taibo.














jueves, 13 de diciembre de 2012

El compositor desconocido: Vasily Kalinnikov

Inauguramos una nueva sección en el blog. Tratará sobre compositores y obras no tan reconocidas por el público en general, aunque seguro que muchos lectores los conozcan. Obviamente todos los amantes de la música ( y los menos amantes de lo clásico), conocemos a los autores que han sido parte fundamental de la Historia de la Música, como Bach, Mozart, Beethoven, Haydn, Verdi, Wagner,... por citar solo algunos. Otros autores, por unas razones u otras, no han sido tan reconocidos, y, aunque alguna obra si es reconocida, su nombre no figura con letras de oro en los libros de grandes compositores.
Inauguramos la sección con Vasily Kalinnikov, autor al que descubrí relativamente hace poco, con una obra absolutamente deliciosa para el oído: la Sinfonía Nº 1 en sol menor.
Compositor ruso, nacido en Oryol en 1866, fue contemporáneo de otros enormes compositores de su tierra, como por ejemplo Tchaikovsky, Mussorgsky o Rimsky Korsakov. Debido a su temprana muerte, y a su poca dedicación para la música sinfónica, ya que escribió principalmente canciones, su obra y su nombre no son tan reconocidos. A pesar de ello, estoy convencido de que muchos reconocen la melodía de su Sinfonía Nº 1 en sol menor, ya que ha sido muy interpretada y usada en el mundo del cine por ejemplo.
Compositor autodidacta por su escasez económica que le impedía pagarse los estudios de conservatorio, se ganaba la vida tocando el fagot y el timbal. Pero con 26 años su vida dió un giro al conocer a Tchaikovsky, el cual le recomendó a los directores del Teatro Maly y del Teatro Italiano de Moscú. Cuando su carrera iba en gran progresión, la tuberculosis fue debilitándole hasta su muerte en 1901, con solo 35 años de edad. Fue precisamente en su retiro en un balneario ucraniano donde compuso sus mejores obras.
Sus obras más reconocidas son sus dos sinfonías, la segunda de ellas le permitió conseguir el dinero suficiente para vivir sus últimos años. La primera de ellas, la más reconocida y hermosa, se publicó a su muerte, aunque si que fue representada en vida del autor, en Moscú, Berlín y Viena. Estas composiciones transmiten una fuerza y optimismo algo inusual, más aun conociendo las circunstancias en las que fueron escritas. Tras unos años algo olvidado, en los años cincuenta, con el auge del socialismo soviético, fue muy utilizado porque su música transmitía el espíritu nacionalista.
Otras obras menos conocidas del autor son El cedro y la palma, Ninfas, Zar Boris en cuanto a música orquestal, Chanson Triste, Vals en La mayor, Minueto en Mi Mayor, como música para piano, Ven a mí, Había un viejo rey, No preguntes por qué sonrío pensativo, como música vocal, o El triunfo de Lilliput, Christe Eleison para Coro, Señor nuestro Señor, como música coral. Pero sin duda son su Sinfonía Nº 1 en sol menor y Sinfonía Nº 2 en la mayor, son sus grandes obras.
A continuación os dejo enlaces sobre los cuatro
movimientos de la Sinfonía Nº1 en sol menor, cuya melodía principal es absolutamente maravillosa y con una fuerza que suena a nacionalismo ruso por sus cuatro costados. Espero que la disfruten.
















martes, 4 de diciembre de 2012

Audiciones II

Aquí dejo las audiciones para el examen de secundaria del próximo 11 de diciembre.

Badinerie (J. S. Bach)


Badinerie es una danza breve y muy viva. Escrita para suite orquestal interpretada por flauta y orquesta de cuerda.



Vals de la Bella Durmiente (P. I. Tchaikovsky) 


 
Suite compuesta para un ballet basado en un cuento de Perrault "La Bella Durmiente".


Danza ritual del Fuego (Manuel de Falla)


Fragmento de "El Amor Brujo", ballet para orquesta sinfónica en 1925.